He querido participar en este blog porque
mi paso por la escuela ha sido más que bueno . Hace casi ocho años decidí a
última hora que iba a estudiar italiano, algo que siempre había pensado y a lo
que nunca me había lanzado. Y menos mal que lo hice. Aprender un idioma ha sido
para mí mucho más que aprender palabras y gramática. Ha sido conocer la cultura
de un país, respetar sus costumbres, saber el porqué de las cosas, y adoptar
alguna ¿por qué no? en mi día a día. Eso te permite conocer un poco más también
de tu país y de tus costumbres. Mis compañeros, algunos ya amigos, y yo hemos
aprendido muchísimo juntos. Tuve la gran suerte de encontrar un grupo de
personas que nos ayudábamos mucho, compartíamos tiempo en la escuela y fuera de
ella. Cada uno era un poco especialista en una cosa: escribir, hablar, preparar
los exámenes... Pocas semanas después de comenzar el curso pensamos que sería
buena idea quedar una vez por semana e ir practicando el idioma. Deciros que
casi ocho años después, seguimos quedando a la por semana para hablar de lo que
sea en italiano, claro. ¿Qué puedo deciros de los profesores que he tenido
Ángel y Soledad? Muchas cosas en realidad. Clases dinámicas en las que había
que pensar, hablar y competir (muy sanamente) y cuyo resultado final era
aprender. Aprender los verbos con il vermicello, con una canción de moda o no,
ver vídeos del festival de cine, de la canción, grande o pequeño del lugar
correspondiente y darte cuenta de que poco a poco, vas cogiendo más y más
palabras. Que estás menos limitado que antes, que parlare italiano è un
piacere. Había un concurso que se me daba un poco mal, pero que era muy
divertido y en el que aprendíamos mucho, que era el concurso de Cultura
Italiana. Cada dos semanas se nos planteaban cuatro preguntas y una pista y
debías localizar un personaje, un lugar, una celebración... ahí estábamos
pegados al tablón para ver los resultados. Claro está, todo estaba en italiano
para los del primer año y para los del último. Cierto que era un esfuerzo que
hacían los profes, pero que nos tenía motivados y aprendiendo que en definitiva
era el objetivo.
La cocina italiana es más que famosa y
¿cómo no? Aprendimos a hacer pizza con un auténtico pizzaiolo, y a cocinar
pasta fresca. Con todo esto que os enumero un tanto desordenado, lo que
pretendo deciros es que sí trabajamos mucho por aprender, por hablar italiano,
pero que a la vez hicimos cosas muy divertidas que ayudaban a nuestro
aprendizaje. Y que por suerte, coincidimos tanto profesores como alumnos, un
grupo estupendo. Debo reconocer que la primera semana pensé en abandonar, pero
que por suerte continué viniendo a la escuela hasta terminar italiano. Así que:
Studiate ragazzi!
Este curso he comenzado otro idioma:
alemán. Me está costando bastante, lo reconozco, pero ahí sigo. También he
tenido que superar la tentación de abandonar, como en italiano. Pero seguro que
si dentro de unos años este blog sigue abierto, o tengo la oportunidad de
contar cómo ha sido para mí la EOI, podré deciros cosas estupendas de los
profesores, las actividades, los concursos,
en fin, lo que es la escuela. Que con mucho esfuerzo y estudiando he
conseguido hacer parte de este puzzle de 1.500 piezas (aunque yo creo que tiene
más) que es el en alemán. De momento, ya cuento con unos compañeros que me
ayudan mucho.
il giorno della pasta!!!! quanti ricordi!!! adesso nella casa dove abito cuciniamo pasta fresca una volta alla settimana e anche la pizza!! che bontà!!
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